Una antigua
historia habla de dos adolescentes que exploraban una cueva cuando vieron lo
que parecían ser las enormes y profundas huellas de un oso dentro de un
cavernoso túnel. Decidieron seguir avanzando dentro de la oscura caverna,
pero caminaban despacio y con mucha cautela. Hacían brillar la luz de sus
linternas en cada rincón, y mantuvieron los ojos y los oídos abiertos en el
caso de que se fueran a encontrar con un oso. De pronto, detrás de una roca
saltó el oso de la apariencia más feroz que vieran jamás.
Parado ante
ellos, el oso gruñó como un león, haciendo un eco de un sonido horrible que
rebotaba en las paredes. Los dos asustados muchachos corrieron a la
entrada de la cueva con el oso rugiéndoles detrás. Entonces uno de los
muchachos se dejó caer en el suelo, con rapidez se desató las botas de escalar,
se las quitó y se puso las zapatillas de correr.
Su amigo le gritó: ¡Apúrate! ¡Salgamos de aquí! ¿Por qué se te
ocurre cambiarte de zapatos? De todas formas, ¡no tenemos muchas
posibilidades de correr más rápido que el oso! Poniéndose de pie enseguida y
comenzando a correr, el primer joven dijo: Yo no tengo que correr más
rápido que el oso, tengo que correr más rápido que vos.
La amistad es un tesoro
que tiene un valor incalculable, los amigos los elegimos o nos elijen y llegan
a ser tan importantes como la propia familia. Jesús dijo en la Biblia que un
amigo es alguien que está dispuesto a dar su vida por ti, al igual que Él hizo
por todos nosotros. Pero un amigo de tiempos buenos es uno que solo estará
a su lado mientras no se corra ningún peligro. ¿Qué clase de amigo eres tú?
Con
el tiempo te das cuenta que los amigos verdaderos valen mucho más que cualquier
cantidad de dinero, aprendes que las palabras dichas en un momento de ira
pueden seguir lastimando a quien heriste, aprendes durante toda la vida que
disculpar cualquiera lo hace, pero perdonar es sólo de almas grandes y comprendes
que si has herido a un amigo duramente, muy probablemente la amistad jamás
volverá a ser igual, te das cuenta que cada experiencia vivida con una persona
es irrepetible. Te das cuenta que el que humilla o desprecia a un ser humano,
tarde o temprano sufrirá las mismas humillaciones o desprecios, pero
multiplicados.
Algunas veces encuentras en la vida una amistad especial: ese
alguien que al entrar en tu vida la cambia por completo. Si
quieres saber si una persona será un buen amigo, observa su conducta y su vida
y sobre todo, que tipo de compañías le rodean, así te darás cuenta si tener su
amistad en tu vida realmente vale la pena. Siempre debes ser leal a tus amigos
y brindarle tu apoyo cuando estos más lo necesiten. Verás que llegará el día en
el cual tú también pases por dificultad y necesites de su ayuda, cuida esas
amistades como si fueran uno de tus mayores tesoros en la vida.
Rodéate de
buenos amigos, de aquellos que estarán a tu lado cuando más los necesites,
aquellos que sientan tu dolor y también hagan suyos tus triunfos en la vida.
Aprende a valorar sus consejos y opiniones pues aunque no te satisfaga lo que
te digan, pueden estar pre-viniéndote de cosas malas. Cuida mucho de tus amigos.
Juan 15:12-13 Este es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros, como yo
los he amado. Nadie tiene amor más grande que el de dar la vida por sus
amigos. “Dicen que no hay un tesoro más grande que la amistad cuando es sincera
porque nos brinda confidencia, apoyo en los momentos más difíciles y
celebración cuando tengamos éxito. Cuidemos a esas amistades porque realmente
valen la pena.”
Por: Juan Carlos Téllez Yaruro
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